El Colegio de Profesionales de Trabajo Social saluda a todxs lxs trabajadores sociales en este día que representa la reivindicación de los derechos de lxs trabajadorxs.
Recordamos que el “Día del Trabajador/a” se promueve tras el reclamo de lxs trabajadorxs por la reducción de la jornada laboral a 8 horas, cuando lo “normal”, en aquella época, era trabajar entre 12 y 16 horas. La protesta, fue llevada a cabo por 80.000 trabajadores, que luego desembocó en una poderosa huelga nacional que afectó a numerosas fábricas de los Estados Unidos.
Un poco de Historia (www.infobae.com/):
“El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. Ese mismo año, la Noble Order of the Knights of Labor, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo el país”.
El presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la Ingersoll estableciendo ocho horas de trabajo diario, sin embargo, los empleadores se negaron a acatarla, por lo cual, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80.000 trabajadores liderados por Albert Pearsons. Ese movimiento había sido calificado como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y manifestando que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
A partir de allí, el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades norteamericanas, logrando que más de 400.000 obreros pararan en 5.000 huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.
Sin embargo, la fábrica Mc. Cormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo de aquel año la policía disparó contra los manifestantes que, a las puertas de la fábrica, reivindicaban el nuevo acuerdo. Durante los siguientes días murieron más trabajadores, hasta que el día 4 una bomba estalló contra las fuerzas policiales, suceso conocido como “el atentado de Haymarket”.
El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca. La culpabilidad de los condenados nunca fue probada.
En la actualidad, muchos países rememoran el 1º de mayo como el origen del movimiento obrero moderno.
Día del Trabajador en la Argentina
El primer acto del Día del Trabajador se realizó en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, y contó con la participación de numerosos movimientos obreros, integrados en su mayoría por inmigrantes alemanes, italianos, españoles y portugueses. Desde entonces se celebra cada 1º de mayo el Día del trabajador.
Años más tarde, Argentina atravesará por distintas instancias en la reivindicación de los derechos de los trabajadores, tanto de hombres como mujeres, reconociéndose estos para ambos.
A partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), la conmemoración del Día del Trabajador alcanzaría una notable importancia, organizándose celebraciones multitudinarias en todo el país. A raíz de las numerosas reivindicaciones obreras logradas por el peronismo, el 1º de mayo se convirtió en un día emblemático: entre las diversas manifestaciones de entonces se destaca la convocatoria de los obreros en Plaza de Mayo, quienes llegaban en multitud desde temprano para escuchar el discurso del presidente.
Escribió Felipe Pigna: “En nuestro país cada primero de mayo nuestros trabajadores tomaron las calles desafiando al poder, recordándole que existían y que no se resignarían a ser una parte del engranaje productivo. La lucha logró la reducción de la jornada laboral, las leyes sociales y la dignificación del trabajador. El poder se sintió afectado y en cada contraofensiva cívico-militar como las del 55; 62; 66; 76 y 89 (esta vez a través del voto), pretendieron –y en ocasiones lo lograron-, arrasar con las históricas conquistas del movimiento obrero”.
La historia nos atraviesa, nos reconoce en la lucha como trabajadores y nos mantiene en la organización profesional para continuar revalorizando estos derechos.
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